Ranking de Universidades: realmente somos malos

Se acaba de publicar el ranking mundial universidades que ha sido analizado en un artículo publicado en el País bajo el titulo – Universidades, ciencia y ranking. ¿Somos realmente tan malos? http://t.co/trvHmxz. En dicho artículo, que recomiendo leer, se señala: “Sobre la universidad en España se oyen frases tan dispares como que ahora es la mejor de nuestra historia (estoy casi de acuerdo), o que es un auténtico desastre y nunca estuvo peor. Para muchos, es poco más que un aparcamiento de jóvenes a los que se les facilita el entretenimiento (botellones incluidos) y un refugio de funcionarios poco productivos y menos interesados (torre de marfil, le llaman algunos). Frente a estas opiniones, los datos que ofrecen los numerosos rankings de universidades de todo el mundo son contundentes y penosos. Las universidades españolas están todas pésimamente colocadas, ninguna entre las 200 primeras del mundo y la mayoría de nuestras universidades se sitúan entre los puestos 400 y 600.” El autor concluye que una de los motivos puede ser la baja producción científica que se realiza en las Universidades Españolas.

La noticia, aunque no es novedosa, ya que todos los años el resultado es parecido, me pareció muy relevante por la situación económica actual, dado que puede explicar algo de la baja productividad, escasa innovación y falta de nuevas iniciativas empresariales que tenemos en España, así que la distribuí vía twitter y una compañera virtual, @blanuza, comentó -quizás el problema está en primaria (equipamientos para niños están de adorno, no salen a ver mundo, no hay contacto con ciencia)- Fue un comentario que me llevó a la reflexión y que no solo comparto, sino que lo amplio en el sentido de que la escuela y la educación secundaria no es ciertamente una institución que piense en el futuro. Si las escuelas estuvieran orientadas hacia el futuro estarían llenas de clases en la programación, multimedia, técnicas de creación, técnicas de comunicación, la astronáutica, la bioética, la genómica, la robótica y la nanotecnología entre otros. La ciencia ficción y literatura fantástica sería parte del plan de estudios, como representante de visiones alternativas del futuro.

Nada más lejos de la realidad, tenemos un sistema en el siglo XXI funcionando con criterios formativos del siglo XIX, lo cual no sólo tiene importancia por las competencias y conocimientos que desarrollan las personas, sino que, NO potencia la cultura creativa y emprendedora focalizada en construir nuevas realidades. Así es díficil construir un nuevo modelo económico sostenible.

Por último, me sorprende el poco eco que ha tenido la noticia en los medios de comunicación y en la sociedad en general. Si hubiera un ranking similar para los equipos de futbol y el resultado fuera el mismo ¿Cuánto se tardaría en hacer un pacto de Estado para corregir la situación?