Un Plan de Producción Ecoeficiente diseñado por AZTI permite al Grupo Consorcio reducir un 40% el consumo de agua en la elaboración de conservas de pescado

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  • El programa se ha centrado en la preparación de conservas de bonito del norte y atún en la fábrica de Santoña.
  • El plan de producción ecoeficiente permite reducir los costes productivos.
  • Las medidas se enmarcan dentro de un ambicioso  Plan de Responsabilidad Social puesto en marcha por la empresa conservera.

Grupo Consorcio, grupo empresarial dedicado a la elaboración de conservas de pescado y de platos tradicionales preparados, ha confiado a los investigadores de AZTI el diseño e implantación de un Plan de Producción Ecoeficiente destinado a reducir el consumo de agua utilizada en la elaboración de conservas de bonito del norte y atún. El resultado: una reducción de un 40 % en el consumo de agua, lo que redunda en una disminución del impacto ambiental y en un importante ahorro económico para la empresa.

El Plan de Producción Ecioeficiente desarrollado se enmarca dentro del Plan Global de Sostenibilidad ambiental del grupo y gracias a su implantación se ha logrado una mejora en la eficiencia de los procesos productivos así como una importante reducción de la huella hídrica asociada a los productos que comercializa. El programa supone, además, una demostración del compromiso de Grupo Consorciopor llevar a cabo la elaboración de sus productos de forma sostenible. De hecho, estas medidas son parte del ambicioso Plan de Responsabilidad Social Corporativa en el que Grupo Consorcio está inmerso este año. “Apostamos por ser una empresa responsable. Somos conscientes que las empresas pueden decidir el futuro de las personas, de la economía de un país o incluso de la economía mundial, y por supuesto, del medio ambiente, por lo que debemos liderar el progreso desde parámetros éticos, responsables y sostenibles”, asegura la responsable de RSC, María Aparicio.

Las medidas de mejora desarrolladas por AZTI se han implantado en la fábrica de conservas que Grupo Consorcio posee en Santoña (Cantabria). Los especialistas del Centro Tecnológico, junto con el equipo interno de Grupo Consorcio, han diseñado acciones dirigidas al ahorro de agua y al aumento de la eficiencia productiva. Se han implantado una serie de medidas para el ahorro de agua. Algunas de ellas son: optimizar el proceso de descongelación de pescado, reducir la cantidad de agua unitaria utilizada en los procesos de cocción sin que merme la calidad final del producto, diferentes ajustes de caudales de agua en varios procesos (lavado, limpieza, corte, etc.), así como la reutilización segura de condensados de vapor. Además, se han introducido medidas organizacionales que han optimizado los recursos de Consorcio, haciendo un proceso más limpio y competitivo.

 Los beneficios de la producción ecoeficiente

Los planes de ahorro y producción ecoeficiente desarrollados por AZTI mejoran la actuación ambiental de las empresas, reducen costes y aumentan la productividad y competitividad. Los programas de optimización integran acciones que pasan por reducir los consumos de materias primas, envases, agua y energía. Estas acciones permiten reducir en origen residuos, vertidos y emisiones, minimizando sus costes de tratamiento y gestión.

“Las medidas propuestas  están diseñadas para que tengan un bajo coste y que las inversiones, en caso de ser necesarias, tengan un retorno económico rápido. Los planes de producción ecoeficiente facilitan la implantación de sistemas de gestión ambiental, ayudan a mejorar la imagen de la empresa y establecen una metodología para la mejora continua”.

Acerca del Grupo Consorcio

Grupo Consorcio es una empresa especializada en conservas del mar de alta calidad. Está especializada en anchoas del Cantábrico, bonito del norte y conservas de atún. El método de fabricación aúna la tradición y la elaboración artesanal con las técnicas más modernas y estrictos controles de calidad.

Grupo Consorcio es una empresa responsable con el medio ambiente y socialmente comprometida con su entorno. La sede de la compañía está en Santoña, Cantabria.

Tendencias, estrategia y retos del sector de la alimentación

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El sector de la alimentación tiene una gran oportunidad de crecimiento pero necesita adaptarse continua y rápidamente a los cambios del entorno, con competidores globales, presión cada vez mayor sobre las materias primas, en un entorno de guerra por el precio en la distribución y con un consumidor cada vez más exigente en prestaciones y menos fiel a las marcas. En este escenario, la clave es innovar en todas las áreas. La innovación en producto es sólo una más y no la trascendental para tener éxito comercial y garantizar la sostenibilidad de las empresas y explotaciones.

En el contexto actual es más necesario que nunca recurrir a la innovación para crecer, innovación enfocada a ganar penetración a través de la búsqueda de nuevos momentos de consumo. La alimentación es un sector formado sobre todo por micropymes, por lo que resulta necesario sumar y colaborar en crear valor y en competir en valor añadido. La competitividad basada sólo en la eficiencia es una estrategia de corto recorrido y limitada. Sólo la combinación de eficiencia y generación de valor puede garantizar la sostenibilidad del sector alimentario, su crecimiento, liderazgo internacional y que el sector continúe siendo estratégico por su contribución a la economía y al empleo.

1.    Tendencias:

  • Demográficas: La población mundial crece, en 2050 habrá 9.000 millones de habitantes, principalmente en Asia. Por tanto, las respuestas que tenemos que dar son diferentes y este escenario hay que entenderlo en clave de oportunidad. En nuestro entorno inmediato tenemos una población que envejece, que es más longeva, por tanto sus requerimientos y exigencias son cambiantes y cada vez más exigentes, ya que son consumidores más informados. El concepto salud emerge con una fuerza cada vez mayor, vinculado al trinomio alimentación-nutrición-salud.
  •  Evolución científico-tecnológica: Somos capaces de producir más, mejor, a menor coste y con mejor calidad. La competencia en estos momentos se está centrando en talento y capacidad científico-técnica. Si competimos en precio, siempre podrá hacerlo mejor un asiático o un africano. Hay que tener en cuenta que estamos en un mundo globalizado donde cualquiera puede dar respuesta y proveer en cualquier parte.
  • Oportunidades: La alimentación es un sector con garantía de seguir creciendo hasta el año 2050. La demografía, la renta, el poder adquisitivo crece y la riqueza global están creciendo; y en cuanto crece el nivel de vida de un país, su sociedad demanda una diferente forma de alimentación. Así pues, los países más avanzados debemos proponer soluciones a aquellos que lo están menos. Para el año 2050 se necesitará incrementar la producción en un 70% para satisfacer la demanda. Es una oportunidad tanto en cantidad como en producto, en cuanto a dar respuesta a cada uno de los mercados según sus demandas. La tecnología y la ciencia están evolucionando rápidamente y no solo en cuanto a producción primaria. El reto que tenemos como sector alimentario es ser capaces de producir más, con más calidad y más barato en las etapas de producción, elaboración y transformación. Todas las fortalezas y oportunidades residen en la I+D+i.
  • Fortalezas: La alimentación es un sector de alta cualificación reconocida en seguridad, calidad y trazabilidad, entre otros factores. Hay que poner en valor que contamos con productos de calidad, grandes procesos y tecnología y gran capacidad industrial.
  • Debilidades: la extensa regulación -europea, nacional, autonómica, e incluso regional- que dificulta la competitividad frente a terceros países. Tamaño reducido de las empresas y descenso de la población

2.    Estrategia:

  • Innovación: desde ciencia pura hasta desarrollo en todo su abanico, no solo en procesos y productos sino en nuestras relaciones con todos los stakeholders.
  • Eficiencia y mejora en competitividad: La innovación y la eficiencia demandan un punto clave: el tamaño. Las empresas de pequeño tamaño no tienen capacidad para destinar recursos económicos, técnicos ni humanos, para destinar a la innovación, a la eficiencia ni a la búsqueda de nuevos mercados. Necesitamos masas críticas para abordar diferentes proyectos. Este es el gran reto como sector alimentario y donde las fórmulas colaborativas van a jugar un papel muy relevante.

3.    Retos:

Dotación de talento: Sin talento no se puede hacer nada. Hay que desarrollar redes y colaboraciones para acceder al talento que está fuera.

Crecimiento de la producción: Estamos en un entorno donde los recursos naturales son cada vez más escasos y caros. El sector alimentario también tiene que mejorar su relación con el entorno, reducir el despilfarro y el desperdicio, mejorar la gestión del agua y la energía.

Condiciones de competitividad-eficiencia: El sector debe buscar la eficiencia en procesos y sistemas, la optimización de los consumos y de los recursos y profundizar en la fabricación 4.0.

Desarrollo de mercados: Debemos determinar dónde queremos ser proveedores preferentes, dónde queremos ejercer una posición relevante y dónde podemos tener una cuota de mercado determinada, que nos permita influir en el consumidor.

AZTI reconocida como A de Oro por su Modelo de Gestión Avanzada y de Excelencia


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Euskadi, liderado por el Gobierno Vasco, ha apostado por ser un país avanzado y socialmente justo. Por eso y porque el progreso requiere ideas, existe AZTI.

La sociedad, y el bienestar de las personas, son y han sido desde los inicios de AZTI el foco en el que hemos querido centrar nuestra contribución de valor. Las instituciones y las empresas dispuestas a asumir desafíos, no son para AZTI sólo clientes: son nuestra extensión para poder crear impacto positivo en la sociedad. Por todo ello, dinamizar el tejido industrial, crear estados de opinión y provocar cambios en la sociedad para que sea más justa y sostenible forman parte de nuestra Misión.

No olvidamos en este camino de la innovación nuestras raíces, y porque es necesario conocer para transformar, actuamos globalmente para crear riqueza y bienestar localmente. El desplazamiento de la economía y sobre todo del conocimiento  fuera de Europa transformará el mundo que conocemos. Cada vez será más complicado ser una referencia en el mundo, especialmente, en el ámbito de la ciencia y la tecnología. Por ello y a pesar de ello, AZTI seguirá apostando por la especialización como vía en la que pueda mantenerse como una referencia mundial. Ser una referencia mundial es algo muy difícil y serlo dentro de diez años lo será más.

Las palancas en las que nos apoyamos para conseguir estos resultados son tres: En primer lugar, la definición de un modelo de negocio adecuado y un modelo de gestión avanzada que permita desarrollarlo. En segundo lugar, y sin lugar a dudas un elemento diferenciador e indispensable, las personas que lo comparten y que se comprometen con su implementación día a día. Por último, condición imprescindible,  la necesaria solidez financiera que lo soporta.

El camino de la excelencia es, evidentemente, también el camino de la exigencia. A medida que avanzas por esta vía descubres que son cada vez más las oportunidades de mejora que se presentan, y la exigencia, tanto  en lo personal como en lo colectivo se hace también mayor. Frecuentemente ello conduce a la insatisfacción, pero de igual forma es cierto que cuando miras con retrospectiva  los avances realizados descubres que es el camino correcto: un camino que hemos recorrido como equipo, en el que hemos soñando juntos metas que parecían imposibles y que hemos logrado hacer realidad.

Como sociedad y como País tenemos grandes retos, desafíos que parecen imposibles: el envejecimiento saludable, la protección de los recursos naturales y el cambio climático entre otros. Pero desde ahora quiero trasladaros que todas las personas que hacemos AZTI vamos a ayudar a la sociedad vasca  a superarlos, porque juntos no tenemos límites.

AZTI certifica su Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud Laboral según el estándar internacional OHSAS 18001

Puede haber para una organización un objetivo más importante que cuidar y proteger la salud de las personas que la conforman?. Invertir en identificar los riesgos en el trabajo, dotarles de la formación necesaria para minimizarlos, equiparlos con los equipos de protección que precisen, vigilar su salud y hacerlo todo ello de forma preventiva es un objetivo estratégico que toda organización debe tener en lo más alto de sus prioridades.

AZTI ha certificado su Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud Laboral de AZTI, según el estándar internacional OHSAS 18001. Implantar y certificar un Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo según OHSAS permite:

  • Disminuir la siniestralidad laboral y aumentar la productividad, identificando, evaluando y controlando los riesgos asociados a cada puesto de trabajo, y evitando las causas que originan los accidentes y las enfermedades en el trabajo. La percepción de un entorno más seguro por los trabajadores, conlleva una disminución de las enfermedades, bajas o absentismo laboral, un aumento de la productividad y una reducción progresiva de la siniestralidad en una actividad de alto riesgo como es la de AZTI (campañas en el mar, trabajos de submarinismo, trabajo con sustancias químicas peligrosas, trabajo con maquinaria compleja en la planta piloto, etc.).
  • Cumplir la legislación en materia de prevención, integrando ésta última en los procesos de la organización, lo que conlleva una reducción de los costes y sanciones administrativas derivadas de su incumplimiento, además de una mejora de la gestión interna de la organización y de la comunicación entre empresa-trabajador, y empresa-administraciones y otras partes interesadas.
  • Fomentar una cultura preventiva mediante la integración de la prevención en el sistema general de la empresa (exigido por ley) y el compromiso de todos los trabajadores con la mejora continua en el desempeño de la seguridad y salud en el trabajo.

Esta certificación, garantiza como objetivo prioritario, alcanzar y mantener las más altas cotas de seguridad y salud en las actividades y servicios de AZTI, además de ir más allá del cumplimiento de la legislación vigente sobre prevención de riesgos laborales, pero sobre todo y por encima de todo, trabajar por y para la salud de las personas que trabajamos en AZTI. Difícilmente podemos encontrar otro objetivo tan importante y exigente.

La importancia de no confundir fines y medios

Me sorprende cada vez más la confusión generalizada que existe entre muchos profesionales de confundir el fin con los medios. Algo tan sencillo como hacerse en primer lugar preguntas tan simples como ¿qué queremos? ¿para que lo queremos?, antes de empezar a  utilizar herramientas que no siempre sabemos para que sirven nos ayudaría a avanzar no sólo más y mejor, sino a elegir mejor el ¿cómo?.

Hablamos de invertir más en I+D pero no concretamos las soluciones que tenemos que lograr, solicitamos alcanzar un 3 % del PIB y dedicamos largos debates, muchas entradas en blogs sobre las bondades de la inversión en innovación. Pero como no hemos definido bien las metas en términos de mejoras o soluciones concretas no sabemos si lo que necesitamos es un 3, un 4 o con un 2 % es suficiente. Dlme lo que quieres conseguir y definiré lo que necesito.

Si ponemos el foco en las redes sociales parece que la empresa que no está en internet no existe, además todas tienen que tener perfile en Facebook, Twitter, etc. Pero las preguntas clave hay que hacerlas antes de elegir que hacer. Necesitamos esos canales de comunicación para compartir información con los clientes? cual es el canal más relevante para relacionarme con los clientes? y otras muchas antes de elegir que hacer. Un ejemplo de lo importante en definir lo que se quiere para luego elegir que hacer es este caso de Una historia en las redes sociales

 

 

 

 

Un ejemplo de Innovación en la organización para aportar valor a la Sociedad

En un mundo globalizado las organizaciones tienen que ser capaces de crear valor para las personas desde un nuevo enfoque. Nos encontramos en un escenario similar a la primera revolución industrial aunque en estos momentos son otras las variables que deben ser tenidas en cuenta. Comprenderlas y aprovechar las oportunidades que ofrecen es la clave para poder ser más eficientes, innovadores y generar nuevos o mejorados productos, reconocidos y valorados por las personas y por los que están dispuestos a pagar.

El concepto “innovación” debe ser global en la organización e implica ante todo inconformismo con lo conseguido: en la operativa interna, en la relación con los clientes, en la manera de producir, de inventar, etc. Siempre hay una manera más eficiente de hacer las cosas y, aunque no lo veamos, la oportunidad de mejora tiende al infinito. Comprender esto, aceptarlo, asumir el riesgo que ello implica y estar en disposición al cambio continuo, especialmente cuando el éxito nos sonríe, es la primera palanca para poder disponer de una organización innovadora. Además, un factor de complejidad añadido es que este hecho debe ser comprendido y compartido por todas las personas de la organización, ya que en tal caso se dan las circunstancias para que las personas cooperen para crear. Los seres humanos conseguimos un enorme incremento de productividad y de espíritu emocional positivo que nos permite superar las más increíbles adversidades cuando nos situamos unos junto a otros. Juntos nos tenemos límites.

No hay una receta simple y fácil de aplicar que ayude a innovar y tener éxito en todas las organizaciones. Sin embargo, si una organización quiere ser innovadora debe tenerlo definido dentro de su estrategia y trabajar de forma sistemática y perseverante para conseguir innovaciones incrementales o radicales. Raramente se consiguen invenciones que son un gran adelanto, generalmente son continuistas, ya que son las más fáciles porque se basan en los productos que los clientes valoran o en los procesos que tienen éxito.

A la hora de “cocinar” la innovación en nuestra organización hemos seguido unos sencillos pasos que nos han ayudado a tener éxito y han supuesto también un cambio en la manera de entender los procesos con los que nos gestionamos, pero sobre todo en la manera de entender cómo debemos crear valor para la sociedad:

  1. Conocer los deseos y necesidades de los comensales: el primer aspecto crítico es conocer y entender las necesidades de los grupos de interés de nuestra organización, de los clientes de nuestros clientes, en saber cómo y cuándo utilizan los productos. Pero no es suficiente, hay que “ver” en el futuro para  entender lo que sucederá y preverlo. Es necesaria una visión en profundidad, a largo plazo. Esa visión es mejor hacerla en compañía de nuestros clientes,  proveedores, colaboradores, incluso de los usuarios de los productos. Por qué conformarnos con el conocimiento y visión de las personas de nuestra organización cuando podemos tener la de cientos, si no miles, de personas más que nos pueden ayudar a comprender las tendencias y a ver oportunidades de mejora que jamás habríamos imaginado. Un ejercicio continuo de prospectiva es necesario en toda organización para tener éxito, ya que se trata de adelantarnos a lo que sucederá.
  2. Planificar el menú con antelación: las oportunidades de crear valor son infinitas, por ello no es posible en ninguna organización atender a todas las oportunidades que se nos presentan. Hay que apostar, elegir y también renunciar. Este es quizás uno de los procesos más difíciles de asumir, ya que en general no estamos acostumbrados a decir no. Aunque son muchas las posibilidades que tenemos hay que asumir riesgo, desafíos y elegir los “platos” que satisfarán a nuestros comensales, ordenarlos y buscar el equilibrio entre ellos.
  3. Seleccionar los mejores ingredientesy confiar en su calidad: lo primero son las ideas, pero las ideas no son ni buenas ni malas, tienen que ser aceptadas no sólo por la persona que la genera sino por el equipo que las usará para innovar, ya que la innovación es un proceso colectivo. Perseverar y confiar en las ideas, son lo que nos llevará a otro sitio, son nuestro motor. Si nos equivocamos también hemos aprendido, los errores no son la “sal” de la vida sino la vida misma de la innovación.
  4. Cocer a fuego lento: toda innovación (en producto, en los procesos, etc.) va acompañada de incertidumbre y complejidad. Hay que aceptar desde el inicio que será un proceso complejo y disponerse a gestionar las contradicciones inherentes a todo proceso evolutivo de cambio. Lo importante es tener claro lo que se quiere alcanzar, proveer los recursos y facilitar los contextos necesarios para gestionar la complejidad.
  5. Condimentar en el momento justo: la innovación no permite especular con el tiempo para perderlo, la gestión del tiempo es fundamental para garantizar cambios sostenibles. La rapidez es clave, pero no pueden buscarse atajos para ganar tiempo, no es posible pasar de la idea al negocio, todos los pasos son importantes y el plato final de nuestra receta sólo estará perfecto si hemos sido rigurosos en hacer en cada momento lo que corresponde.
  6. Sorprender con algo no esperado: siempre tenemos que estar dispuestos a dar algo más que lo que el cliente espera, hay que correr riesgo, abordar un desafío y sorprender con algo no esperado. La innovación debe considerarse siempre desde el punto de vista del riesgo, ya que, aunque la mayoría de las invenciones son inútiles un número reducido son verdaderos grandes adelantos que transforman todo.
  7. Cuidar el ambiente: tan importante como los platos que vamos a degustar es el ambiente donde los comensales pasarán la velada. Las emociones positivas incrementan nuestros sentidos, elevan nuestra capacidad de percepción. Pensar en esos pequeños detalles que acompañan al proceso son también importantes y a veces la clave del éxito. Hay que cuidar las condiciones que favorecen la creatividad en las que las personas generan acciones que son efectivas para el propósito perseguido.

La guinda final es contar con un buen cocinero y el mejor equipo, con el líder capaz de emocionar e ilusionar a todo el equipo, en creer que todo es posible y en estar dispuestos a dar más allá del esfuerzo razonablemente posible. Conseguir ser una referencia en todo el mundo, para que cualquier comensal esté dispuesto a visitarnos, a degustar el menú y, por supuesto, a pagar lo que le pidamos. Con el paso del tiempo lo que recordará será una experiencia única, los platos consumidos, el ambiente y las emociones vividas. ¿El precio? jamás recordará lo que pagó, simplemente porque no le importaba. Todo ello ha sido posible porque el líder y el equipo se han fundido en un único proyecto, porque “juntos no tenemos límites»

5 claves para incorporar la innovación abierta a tu organización

  1. Darse cuenta de que las personas que más saben del negocio de tu organización no forman parte de la misma es clave para abrir tus procesos y tu organización al conocimiento de otras personas y organizaciones. Las mejores ideas están en todas partes y las empresas deben establecer canales para descubrir y captar aquéllas que pueden aportar valor a su negocio, desde descubrir nuevas ideas de productos hasta formas diferentes de relacionarse con los clientes. Vivimos en un mundo interconectado y eso es una oportunidad para acceder a personas y organizaciones de todo el mundo.
  2. Cuanto más generoso se es compartiendo más imprescindible te vuelves.Aporta valor a tu negocio y productos incorporando desde el diseño hasta el servicio postventa ideas y conocimiento de los diferentes agentes de tu cadena de valor, ya que las especificaciones de tu producto y servicio son la suma del conocimiento de todos.
  3.  Acelerar los procesos de innovación reduciendo el “time to market” es más clave que nunca. Reduce tiempo y costes, y captura soluciones e ideas innovadoras fuera de tu organización buscando aliados que tienen el conocimiento o recursos clave que necesitas para que tu propuesta de valor a los clientes sea realmente diferente y mejor que la competencia.
  4. Explora otros negocios e integra en tus procesos tecnologías de otros sectores que produzcan una innovación radical en tu sector. Combinar o integrar el conocimiento de otras cadenas de valor o negocios nos ofrece oportunidades de dar saltos radicales en las propuestas de valor que hacemos a los clientes, nos ayuda a diferenciarnos y avanzar de manera significativa en los productos y modelos de negocio.
  5. Siempre es más barato y rentable colaborar con tu enemigo que competir contra él. Amplia tus vínculos, explora e implementa todas las opciones de integrar conocimiento nuevo en tu organización, abaratar costes de aprovisionamientos o logística, especialización de activos productivos, acceder a nuevos mercados internacionales, etc. Todo es posible es cuestión de proponérselo y pensar en todas las opciones.

 

AZTI-Tecnalia, primera organización del ámbito de la I+D+i en Euskadi que consigue la certificación ISO 27001:2005 relativa a la seguridad de la información

Nuestro compromiso con la gestión de la calidad como vía a la excelencia se remonta al año 2000, en que implantamos un sistema de gestión de la calidad certificado según la norma ISO 9001 y los resultados siempre han avalado aquella decisión.

Cada vez más, el trabajo que desarrollamos en AZTI se apoya sobre nuestros sistemas de información. Aunque hay un marco legal al respecto, nosotros queremos ir más allá de estas exigencias. Para ello, nos hemos planteado que la información, esté en formato físico (papel) o digital, es un activo crítico dentro de nuestra organización. No estamos hablando solamente de “tener antivirus en nuestros equipos”, la seguridad de la información es un concepto amplio que abarca desde la definición adecuada de procedimientos hasta el grado de disponibilidad de nuestros servicios. Esto es lo que certifica la norma ISO 27001:2005.

En 2007, AZTI inició, dentro de un proyecto desarrollado por la Corporación Tecnalia, la implementación de buenas prácticas enfocadas a garantizar la seguridad de la información que manejamos. A raíz de este proceso de mejora continua, AZTI decidió iniciar en 2011, el proyecto de certificación en la norma ISO 27001:2005, proyecto que culminó con éxito en el mes de noviembre, tras superar la auditoría de certificación correspondiente.

Con la norma ISO 27001:2005, el estándar internacionalmente reconocido para la seguridad de la información, AZTI adquiere un gran compromiso en cuanto a la protección de la información que maneja, así como de todos aquellos sistemas que intervienen en su gestión, a través de la adopción de políticas y procedimientos adecuados a los estrictos requisitos de la norma.

El cumplimiento de la norma ISO 27001:2005 garantiza la seguridad de la información a través del cumplimiento de las leyes y reglamentos correspondientes, la identificación continua de riesgos, la implementación de controles tecnológicos y físicos, la continuidad del negocio, la recuperación en caso de desastre y la sensibilización continua de las personas sobre temas de seguridad, entre muchos otros aspectos.

Asimismo, confirma la implantación exitosa de los elementos de seguridad que garantizan la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información de nuestra organización.

¿Como podemos hacer una organización más eficaz?

La estructura tradicional de las empresas es el organigrama, el cual establece la estructura organizativa y las relaciones jerárquicas. Sin embargo, el organigrama no muestra el funcionamiento de la empresa, las responsabilidades, los aspectos estratégicos, los flujos de información ni la comunicación interna entre las personas de la organización. En esta estructura piramidal las decisiones están en muy pocas personas y las demás están esperando a que se les informe de sus cometidos y no desarrollan todas sus capacidades y creatividad. Esto ha sido y continua siendo lo habitual en muchas organizaciones, ya que se nos ha formado para que pensemos que las cosas son así y esa es la imagen habitual que tenemos de una organización.

Las principales ineficiencias de estas organizaciones son que no se aprovecha el potencial de todas las personas, no se conoce lo que aporta valor a los clientes y los objetivos son generalmente locales (departamentales), perdiendo la visión de los objetivos generales de la empresa y provocando la falta de implicación del personal que compone la organización.

Para construir o para conseguir que una organización sea diferente es necesario dar un giro de 180º y cambiar las necesidades internas de los departamentos por las necesidades de los grupos de interés: clientes, personas, socios, etc., es decir, poner la visión del “cliente” sobre nosotros en primer lugar, observar qué le da valor y eliminar aquello que no añade valor. La metodología que nos permite dar este cambio es la Gestión por Procesos.

La gestión por procesos es conseguir que la empresa se organice alrededor de las actividades que generan valor para los grupos de interés, independientemente de a qué departamento pertenezcan. En cualquier proceso de generación de valor están involucrados diferentes departamentos y personas de la organización. Podemos pensar, por ejemplo, en el ciclo de vida de un reproyecto con un cliente: la satisfacción del cliente dependerá de entregar lo que nos demanda, cumplir sus especificaciones y cerrar el ciclo con la facturación y cobro del servicio prestado. En todas esas acciones están involucradas muchas personas de diferentes áreas de la organización, y, si no se coordinan, se comunican e informan de manera eficiente para satisfacer la demanda del cliente, lo más probable es que se produzcan fallos y el cliente quede insatisfecho por algún motivo.

Con la gestión por procesos se consigue que todas las personas que intervienen en ellos sean conscientes de la importancia de su trabajo y busquen cómo aportar valor a lo que hacen, cómo mejorar su operativa, cómo ser más eficientes, qué medir, cómo controlar y qué cambiar del proceso para mejorarlo. El objetivo no es satisfacer a un “jefe” sino al “cliente” que nos demanda algo, que nos valora, que nos mide, …

Algunos de los beneficios de la gestión por procesos son:

– Mejora la competitividad de la empresa, ya que se mejora la eficiencia y la eficacia e involucra a todas las personas en la consecución de los objetivos de la organización.
– Se identifican las necesidades del “cliente” tanto interno como externo y orienta la empresa hacia su satisfacción.
– Promueve la mejora continua de los procesos.
– Se pasa de una mentalidad de “lo que hacemos” a “qué y para quién lo hacemos”.

Pero hay que ser realistas, el camino no es fácil y exige unos cambios de hábitos y comportamiento muy arraigados en la cultura de las personas:

– Hay que orientar la empresa hacia el exterior (hacia el cliente) y no hacia el interior (necesidades internas).
– Orientación hacia resultados en contraposición a “cumplir el expediente”.
– Procesos y clientes dominan frente a departamentos y jefes.
– Participación, responsabilidad y apoyo frente a jerarquía y control.
– Todo lo que no aporta valor, hay que eliminarlo.

La Innovación clave en los modelos de negocio para aportar valor a la Sociedad

En un mundo globalizado las organizaciones tienen que ser capaces de crear valor para las personas desde un nuevo enfoque. Nos encontramos en un escenario similar a la primera revolución industrial aunque en estos momentos son otras las variables que deben ser tenidas en cuenta. Comprenderlas y aprovechar las oportunidades que ofrecen es la clave para poder ser más eficientes, innovadores y generar nuevos o mejorados productos, reconocidos y valorados por las personas  y por los que están dispuestos a pagar.

El concepto “innovación” debe ser global en la organización e implica ante todo inconformismo con lo conseguido: en la gestión interna, en la relación con los clientes, en la manera de producir, de inventar, etc. Siempre hay una manera más eficiente de hacer las cosas y aunque no lo veamos, la oportunidad de mejora tiende al infinito. Comprender esto, aceptarlo, asumir el riesgo que ello implica y estar en disposición al cambio continuo, especialmente cuando el éxito nos sonríe,  es la primera palanca para poder disponer de una organización innovadora. Además, un factor de complejidad añadido, es que este hecho debe ser comprendido y compartido por todas las personas de la organización, ya que en tal caso se dan las circunstancias para que las personas cooperen para crear. Los seres humanos conseguimos un enorme incremento de productividad y de espíritu emocional positivo que nos permite superar las más increíbles adversidades cuando nos situamos unos junto a otros. Juntos nos tenemos límites.

No hay una receta simple y fácil de aplicar que ayude a innovar y tener éxito en todas las organizaciones. Sin embargo, si una organización quiere ser innovadora debe tenerlo definido dentro de su estrategia y trabajar de forma sistemática y perseverante para conseguir innovaciones continuistas o radicales. Raramente se consiguen invenciones que son un gran adelanto, generalmente son continuistas, ya que son las más fáciles por que se basan en los productos que los clientes valoran o en los procesos que tienen éxito. En organizaciones como Tecnalia la colaboración multidisciplinar, la transversalidad, en campos frontera del conocimiento científico y tecnológico aumenta la variabilidad y probabilidad de grandes avances rupturistas.

A la hora de “cocinar” la innovación en nuestra organización hemos seguido unos sencillos pasos que nos ha ayudado a tener éxito y han supuesto también un cambio en la manera de entender los procesos con los que nos gestionamos, pero sobre todo en la manera de entender como debemos crear valor para la sociedad:

  1. Conocer los deseos y necesidades de los comensales: El primer aspecto crítico es conocer y entender las necesidades de los grupos de interés de nuestra organización, de los clientes de nuestros clientes, en saber cómo y cuándo utilizan los productos. Pero no es suficiente, hay que “ver” en el futuro para  entender lo que sucederá y preveerlo. Es necesaria una visión en profundidad, a largo plazo. Esa visión es mejor hacerla en compañía de nuestros clientes,  proveedores, colaboradores, incluso de los usuarios de los productos. Por qué conformarnos con el conocimiento y visión de las personas de nuestra organización cuando podemos tener la de cientos, sino miles, de personas más que nos pueden ayudar a comprender las tendencias y a ver oportunidades de mejora que jamás habríamos imaginado. Un ejercicio continuo de prospectiva es necesario en toda organización para tener éxito, ya que se trata de adelantarnos a lo que sucederá.
  2. Planificar el menú con antelación: Las oportunidades de crear valor son infinitas por ello no es posible en ninguna organización atender a todas las oportunidades que se nos presentan. Hay que apostar, elegir y también renunciar. Este es quizás uno de los procesos más difíciles de asumir, ya que en general no estamos acostumbrados a decir no. Aunque son muchas las posibilidades que tenemos hay que asumir riesgo, desafíos y elegir los “platos” que satisfarán a nuestros comensales, ordenarlos y buscar el equilibrio entre ellos.
  3. Seleccionar los mejores ingredientes y confiar en su calidad: Lo primero son las ideas, pero las ideas no son ni buenas ni malas, tienen que ser aceptadas no sólo por la persona que la genera sino por el equipo que las usará para innovar, ya que la innovación es un proceso colectivo. Perseverar y confiar en las ideas, son lo que nos llevará a otro sitio, son nuestro motor. Si nos equivocamos también hemos aprendido, los errores no son la “sal” de la vida sino la vida misma de la innovación.
  4. Cocer a fuego lento: toda innovación (en producto, en los procesos, etc.) va acompañada de incertidumbre y complejidad. Hay que aceptar desde el inicio que será un proceso complejo y disponerse a gestionar las contradicciones inherentes a todo proceso evolutivo de cambio. Lo importante es tener claro lo que se quiere alcanzar, proveer los recursos y facilitar los contextos necesarios para gestionar la complejidad.
  5. Condimentar en el momento justo: la innovación no permite especular con el tiempo para perderlo, la gestión del tiempo es fundamental para garantizar cambios sostenibles. La rapidez es clave, pero no pueden buscarse atajos para ganar tiempo, no es posible pasar de la idea al negocio, todos los pasos son importantes y el plato final de nuestra receta sólo estará perfecto si hemos sido rigurosos en hacer en cada momento lo que corresponde.
  6. Sorprender con algo no esperado: siempre tenemos que estar dispuestos a dar algo más que lo que el cliente espera, hay que correr riesgo, abordar un desafío y sorprender con algo no esperado. La innovación debe considerarse siempre desde el punto de vista del riesgo, ya que, aunque la mayoría de las invenciones son inútiles un número reducido son verdaderos grandes adelantos que transforman todo.
  7. Cuidar el ambiente: tan importante como los platos que vamos a degustar es el ambiente donde los comensales pasarán la velada. Las emociones positivas incrementan nuestros sentidos, elevan nuestra capacidad de percepción. Pensar en esos pequeños detalles que acompañan al proceso son también importantes y a veces la clave del éxito. Hay que cuidar las condiciones que favorecen la creatividad en las que las personas generan acciones que son efectivas para el propósito perseguido.

La guinda final es contar con el mejor cocinero, con el líder capaz de emocionar e ilusionar a todo el equipo, en creer que todo es posible y en estar dispuestos a dar más allá del esfuerzo razonablemente posible. Conseguir ser una referencia en todo el mundo, para que cualquier comensal este dispuesto a visitarnos, a degustar el menú, y por supuesto, a pagar lo que le pidamos. Con el paso del tiempo lo que recordará será una experiencia única, los platos consumidos, el ambiente y las emociones vividas. ¿El precio? jamás recordará lo que pagó, simplemente por que no le importaba. Todo ello ha sido posible por que el líder y el equipo se han fundido en un único proyecto, por que “juntos no tenemos límites”.