El proyecto “La Magia de la Ría. 35 años generando vida” organizado conjuntamente por el Museo Marítimo Ría de Bilbao, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y el centro tecnológico AZTI, con la colaboración de la Diputación Foral de Bizkaia, URA – Agencia Vasca del Agua, el Puerto de Bilbao e Iberdrola, incluye además, paseos en barco, durante los meses de junio, julio, septiembre y octubre, para comprobar el buen estado ambiental de la Ría, guiados por un investigador de AZTI, que explicará cómo son los trabajos de vigilancia ambiental que realizan periódicamente.
La muestra que se abrió al público el pasado jueves, 28 de mayo, recibe al visitante con una estructura que simula un gran colector –tuberías que llevan las aguas residuales a las depuradoras– a lo largo del cual pueden verse fotografías de la Ría, en la década de los 70 y 80. Y es que, a mediados del siglo XIX, el entorno de la Ría inició un fuerte proceso de industrialización basado, principalmente, en la explotación y exportación del mineral de hierro y de la industria siderúrgica.
De ser un pequeño puerto, la Ría de Bilbao se convirtió en uno de los principales focos industriales y comerciales, no solo del Estado, sino también de Europa. En pocos años, la fisonomía y el paisaje del cauce sufrieron una profunda transformación. Sus márgenes se poblaron de fábricas e infraestructuras portuarias y el fuerte movimiento migratorio, propiciado por la necesidad creciente de mano de obra, provocó un rápido crecimiento poblacional del área. Entre 1900 y 1975 la población se cuadruplicó.
A la vez que se producía este desarrollo, las aguas de la Ría empezaban a mostrar una contaminación alarmante. El crecimiento urbano desordenado y la falta de conciencia medioambiental propiciaron el vertido de las aguas residuales –domésticas e industriales– directamente en el estuario, sin ningún tipo de tratamiento previo. La Ría se convirtió en un colector de residuos, donde la vida era imposible. La Ría recibía diariamente 900 toneladas de residuos sólidos procedentes, principalmente, de las explotaciones mineras, 400 toneladas de vertidos ácidos, 80 toneladas de metales, además de compuestos cianurados o compuestos nitrogenados; en definitiva, casi 2.000 toneladas diarias de residuos que la convirtieron en una cloaca sin oxígeno.
PLAN INTEGRAL DE SANEAMIENTO
Uno de los principales objetivos del Plan Integral de Saneamiento del Bilbao Metropolitano fue precisamente la recuperación ambiental de la Ría de Bilbao, para lo cual se fijó un 60% de oxigenación como estándar de calidad de las aguas. El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia puso en marcha a principios de los 80 este programa, que es el proyecto medioambiental más importante llevado a cabo en la CAPV, con una inversión superior a los 1.000 millones de euros.
Más de 300 kilómetros de colectores recogen las aguas residuales de hogares e industrias, y las llevan a las plantas depuradoras, siendo la EDAR de Galindo (Sestao) la pieza clave del sistema de Saneamiento del Bilbao Metropolitano. El resultado es una Ría viva y cada vez más apta para nuevos usos deportivos y náuticos.
Paralelamente a estos trabajos, en 1989 comenzaron a realizarse estudios de seguimiento para evaluar la eficacia de las medidas adoptadas por el Plan Integral de Saneamiento, financiados por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y URA – Agencia Vasca del Agua. En este sentido, investigadores del centro tecnológico AZTI, en colaboración con la UPV/EHU, se encargan de llevar a cabo esta labor de vigilancia ambiental. Todos los años se realizan campañas y muestreos para evaluar el estado de la Ría y su evolución, analizando la calidad del agua, los sedimentos, la fauna y la flora.
PASEOS EN BARCO
Precisamente, para comprobar el buen estado ambiental actual de la Ría, esta iniciativa lúdico-divulgativa ofrece también la posibilidad de embarcar junto a un investigador de AZTI, que explicará cómo son los estudios que se realizan periódicamente para conocer el estado del estuario. Estos paseos guiados por la Ría son gratuitos, y se llevarán a cabo durante los meses de JUNIO, JULIO, SEPTIEMBRE y OCTUBRE. La travesía de unas dos horas de duración, tendrá salida y llegada en el muelle del Museo Marítimo, siendo imprescindible hacer una reserva previa, –hasta completar aforo–, en el teléfono 946870402. Ya en las últimas semanas se han distribuido 6.000 trípticos informativos para animar a la ciudadanía a tomar parte en estas actividades.
Por otro lado, con motivo de esta exposición el Museo Marítimo está preparando nuevos talleres didácticos de cara al próximo curso, para que los alumnos y alumnas de los centros escolares comprendan de una manera sencilla el ciclo completo del agua, los procesos de saneamiento imprescindibles para garantizar la sostenibilidad del planeta y la transformación medioambiental de la Ría de Bilbao en las últimas décadas.
Y es que, el efecto más importante del Plan Integral de Saneamiento en la Ría ha sido la recuperación de los niveles normales de oxígeno. De valores cercanos o inferiores al 40% de saturación a comienzos de los años 90, a valores del 90% de saturación actualmente. Hoy en día no hay ninguna zona del estuario con problemas de oxigenación. Del mismo modo, los sedimentos se hayan mucho menos contaminados que hace 30 años. Todo esto ha permitido la presencia de comunidades biológicas en todo el sistema, desde la zona interior de Bilbao hasta el Abra, con más de 60 especies de peces asentadas (lenguado, cabuxino, mojarra, platija, muble, lubina, salmonete, chicharro, anguila…), así como cientos de especies de animales y algas que viven en los sedimentos y en los sustratos rocosos.
Todo este proceso, que se ha prolongado durante más de tres décadas, es el que recoge la exposición “La Magia de la Ría. 35 años generando vida”, que el público podrá visitar en el Museo Marítimo Ría de Bilbao, hasta el 31 de octubre, y que desde el rigor científico, quiere poner el acento en los procesos de depuración de las aguas residuales, como herramienta clave de sostenibilidad, tomando como ejemplo la Ría de Bilbao, cuya recuperación medioambiental ha favorecido también la transformación de la propia ciudad, al aportar un nuevo espacio de esparcimiento y un nuevo motor económico para la Villa.