I+D+i en AZTI para disfrutar la magia de comer con todo el sabor, pero muy saludable

Vivimos la paradoja de que en el mundo cada vez hay más población y se incrementa la riqueza, lo que supone una mayor demanda de alimentos, mientras que en Europa y en España la situación es justo al revés. «La población no aumenta sino que envejece, y hay que ofrecer nuevas posibilidades de consumo, porque no somos el mismo consumidor hoy con 30 años que lo que seremos dentro de veinte años, con 50».

La magia de comer con el mismo sabor de siempre y con la misma textura, pero en formato «muy saludable», sin grasas, con antioxidantes o enriquecido con proteínas, viene de la mano de la I+D+i (investigación, desarrollo e innovación), que puede «transformar» alimentos ya existentes o crear nuevos.

Postres ricos y dulces sin grasa; patatas fritas de bolsa «perfectamente sanas»; aperitivos que incorporan verduras y frutas y que además resultan «atractivos» para el consumidor; o bollitos que no aportan calorías son algunos de los productos que pueden hacer las delicias de una población en proceso de envejecimiento, con diabetes o con indicadores altos de colesterol y tensión. «Ese es el reto: crear una comida muy rica, pero adecuada y sanísima. En realidad, estamos hablando de combinar moléculas que luego introducimos en nuestro cuerpo en forma de alimentos».

Biólogos, bioquímicos, ingenieros, físicos, farmacéuticos y cocineros trabajan en los laboratorios de Azti para conseguir respetar el sabor y la textura de los alimentos, aunque cambien sus componentes, a la vez que intentan evitar los conservantes y estabilizantes y obtener los mismos resultados a través de la temperatura o la presión.

«En el futuro se podrán cocinar productos tradicionales, pero con una formulación perfectamente sana», estamos hablando de una dieta personalizada adecuada a las necesidades nutricionales o de salud de cada uno de los miembros de la unidad familiar, una dieta de estas características, unida a los avances de la investigación médica, puede llegar a hacer realidad la prevenir y preservar nuestra salud desde la alimentación.

En este momento,  la investigación alimentaria está dirigida a «adecuar» la comida a las necesidades de cada grupo de edad e incluso a elaborar una dieta personalizada, tras hacer una analítica y con la ayuda del conocimiento médico y nutricional. «El reto es saber qué requerimientos específicos tiene cada grupo o persona y, así, combinar ingredientes y aplicar la tecnología para transformar los alimentos o para procesar alimentos que ya son saludables y conseguir que duren más tiempo en la nevera o se cocinen perfectamente en el microondas».

Tras combinar todos estos elementos, queda por lograr que el producto tenga éxito en el mercado; para ello, el primer paso es organizar «catas» de alimentos con profesionales o con consumidores para averiguar si «gusta» tanto la visión como la textura y el sabor. La creación del producto también conlleva el ajuste de un precio final y la garantía de sostenibilidad de toda la cadena, desde la materia prima hasta los residuos que genera. Por último, no se puede tampoco menospreciar otros  aspectos que buscamos los consumidores cuando compramos un producto, como el tiempo que se tarda en cocinarlo o la comodidad de que ya esté limpio, y por los que estamos dispuesto a pagar «un poco más».

WorldOceansDay Blue Growth by AZTI

Una imagen o varias valen más que mil discursos o palabras. Los oceanos los grandes desconocidos  An image or more, worth a thousand speeches or words

http://vimeo.com/88996095

Un ejemplo de Innovación en la organización para aportar valor a la Sociedad

En un mundo globalizado las organizaciones tienen que ser capaces de crear valor para las personas desde un nuevo enfoque. Nos encontramos en un escenario similar a la primera revolución industrial aunque en estos momentos son otras las variables que deben ser tenidas en cuenta. Comprenderlas y aprovechar las oportunidades que ofrecen es la clave para poder ser más eficientes, innovadores y generar nuevos o mejorados productos, reconocidos y valorados por las personas y por los que están dispuestos a pagar.

El concepto “innovación” debe ser global en la organización e implica ante todo inconformismo con lo conseguido: en la operativa interna, en la relación con los clientes, en la manera de producir, de inventar, etc. Siempre hay una manera más eficiente de hacer las cosas y, aunque no lo veamos, la oportunidad de mejora tiende al infinito. Comprender esto, aceptarlo, asumir el riesgo que ello implica y estar en disposición al cambio continuo, especialmente cuando el éxito nos sonríe, es la primera palanca para poder disponer de una organización innovadora. Además, un factor de complejidad añadido es que este hecho debe ser comprendido y compartido por todas las personas de la organización, ya que en tal caso se dan las circunstancias para que las personas cooperen para crear. Los seres humanos conseguimos un enorme incremento de productividad y de espíritu emocional positivo que nos permite superar las más increíbles adversidades cuando nos situamos unos junto a otros. Juntos nos tenemos límites.

No hay una receta simple y fácil de aplicar que ayude a innovar y tener éxito en todas las organizaciones. Sin embargo, si una organización quiere ser innovadora debe tenerlo definido dentro de su estrategia y trabajar de forma sistemática y perseverante para conseguir innovaciones incrementales o radicales. Raramente se consiguen invenciones que son un gran adelanto, generalmente son continuistas, ya que son las más fáciles porque se basan en los productos que los clientes valoran o en los procesos que tienen éxito.

A la hora de “cocinar” la innovación en nuestra organización hemos seguido unos sencillos pasos que nos han ayudado a tener éxito y han supuesto también un cambio en la manera de entender los procesos con los que nos gestionamos, pero sobre todo en la manera de entender cómo debemos crear valor para la sociedad:

  1. Conocer los deseos y necesidades de los comensales: el primer aspecto crítico es conocer y entender las necesidades de los grupos de interés de nuestra organización, de los clientes de nuestros clientes, en saber cómo y cuándo utilizan los productos. Pero no es suficiente, hay que “ver” en el futuro para  entender lo que sucederá y preverlo. Es necesaria una visión en profundidad, a largo plazo. Esa visión es mejor hacerla en compañía de nuestros clientes,  proveedores, colaboradores, incluso de los usuarios de los productos. Por qué conformarnos con el conocimiento y visión de las personas de nuestra organización cuando podemos tener la de cientos, si no miles, de personas más que nos pueden ayudar a comprender las tendencias y a ver oportunidades de mejora que jamás habríamos imaginado. Un ejercicio continuo de prospectiva es necesario en toda organización para tener éxito, ya que se trata de adelantarnos a lo que sucederá.
  2. Planificar el menú con antelación: las oportunidades de crear valor son infinitas, por ello no es posible en ninguna organización atender a todas las oportunidades que se nos presentan. Hay que apostar, elegir y también renunciar. Este es quizás uno de los procesos más difíciles de asumir, ya que en general no estamos acostumbrados a decir no. Aunque son muchas las posibilidades que tenemos hay que asumir riesgo, desafíos y elegir los “platos” que satisfarán a nuestros comensales, ordenarlos y buscar el equilibrio entre ellos.
  3. Seleccionar los mejores ingredientesy confiar en su calidad: lo primero son las ideas, pero las ideas no son ni buenas ni malas, tienen que ser aceptadas no sólo por la persona que la genera sino por el equipo que las usará para innovar, ya que la innovación es un proceso colectivo. Perseverar y confiar en las ideas, son lo que nos llevará a otro sitio, son nuestro motor. Si nos equivocamos también hemos aprendido, los errores no son la “sal” de la vida sino la vida misma de la innovación.
  4. Cocer a fuego lento: toda innovación (en producto, en los procesos, etc.) va acompañada de incertidumbre y complejidad. Hay que aceptar desde el inicio que será un proceso complejo y disponerse a gestionar las contradicciones inherentes a todo proceso evolutivo de cambio. Lo importante es tener claro lo que se quiere alcanzar, proveer los recursos y facilitar los contextos necesarios para gestionar la complejidad.
  5. Condimentar en el momento justo: la innovación no permite especular con el tiempo para perderlo, la gestión del tiempo es fundamental para garantizar cambios sostenibles. La rapidez es clave, pero no pueden buscarse atajos para ganar tiempo, no es posible pasar de la idea al negocio, todos los pasos son importantes y el plato final de nuestra receta sólo estará perfecto si hemos sido rigurosos en hacer en cada momento lo que corresponde.
  6. Sorprender con algo no esperado: siempre tenemos que estar dispuestos a dar algo más que lo que el cliente espera, hay que correr riesgo, abordar un desafío y sorprender con algo no esperado. La innovación debe considerarse siempre desde el punto de vista del riesgo, ya que, aunque la mayoría de las invenciones son inútiles un número reducido son verdaderos grandes adelantos que transforman todo.
  7. Cuidar el ambiente: tan importante como los platos que vamos a degustar es el ambiente donde los comensales pasarán la velada. Las emociones positivas incrementan nuestros sentidos, elevan nuestra capacidad de percepción. Pensar en esos pequeños detalles que acompañan al proceso son también importantes y a veces la clave del éxito. Hay que cuidar las condiciones que favorecen la creatividad en las que las personas generan acciones que son efectivas para el propósito perseguido.

La guinda final es contar con un buen cocinero y el mejor equipo, con el líder capaz de emocionar e ilusionar a todo el equipo, en creer que todo es posible y en estar dispuestos a dar más allá del esfuerzo razonablemente posible. Conseguir ser una referencia en todo el mundo, para que cualquier comensal esté dispuesto a visitarnos, a degustar el menú y, por supuesto, a pagar lo que le pidamos. Con el paso del tiempo lo que recordará será una experiencia única, los platos consumidos, el ambiente y las emociones vividas. ¿El precio? jamás recordará lo que pagó, simplemente porque no le importaba. Todo ello ha sido posible porque el líder y el equipo se han fundido en un único proyecto, porque “juntos no tenemos límites»

AZTI-Tecnalia, primera organización del ámbito de la I+D+i en Euskadi que consigue la certificación ISO 27001:2005 relativa a la seguridad de la información

Nuestro compromiso con la gestión de la calidad como vía a la excelencia se remonta al año 2000, en que implantamos un sistema de gestión de la calidad certificado según la norma ISO 9001 y los resultados siempre han avalado aquella decisión.

Cada vez más, el trabajo que desarrollamos en AZTI se apoya sobre nuestros sistemas de información. Aunque hay un marco legal al respecto, nosotros queremos ir más allá de estas exigencias. Para ello, nos hemos planteado que la información, esté en formato físico (papel) o digital, es un activo crítico dentro de nuestra organización. No estamos hablando solamente de “tener antivirus en nuestros equipos”, la seguridad de la información es un concepto amplio que abarca desde la definición adecuada de procedimientos hasta el grado de disponibilidad de nuestros servicios. Esto es lo que certifica la norma ISO 27001:2005.

En 2007, AZTI inició, dentro de un proyecto desarrollado por la Corporación Tecnalia, la implementación de buenas prácticas enfocadas a garantizar la seguridad de la información que manejamos. A raíz de este proceso de mejora continua, AZTI decidió iniciar en 2011, el proyecto de certificación en la norma ISO 27001:2005, proyecto que culminó con éxito en el mes de noviembre, tras superar la auditoría de certificación correspondiente.

Con la norma ISO 27001:2005, el estándar internacionalmente reconocido para la seguridad de la información, AZTI adquiere un gran compromiso en cuanto a la protección de la información que maneja, así como de todos aquellos sistemas que intervienen en su gestión, a través de la adopción de políticas y procedimientos adecuados a los estrictos requisitos de la norma.

El cumplimiento de la norma ISO 27001:2005 garantiza la seguridad de la información a través del cumplimiento de las leyes y reglamentos correspondientes, la identificación continua de riesgos, la implementación de controles tecnológicos y físicos, la continuidad del negocio, la recuperación en caso de desastre y la sensibilización continua de las personas sobre temas de seguridad, entre muchos otros aspectos.

Asimismo, confirma la implantación exitosa de los elementos de seguridad que garantizan la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información de nuestra organización.

AZTI-Tecnalia es, entre las empresas españolas, la organización número 59 que más invierte en I+D

El centro tecnológico AZTI-Tecnalia, se encuentra en el puesto número 59 del total de 13.603 empresas y organizaciones que realizan actividades de I+D en todo el territorio nacional, según la última Encuesta sobre Innovación Tecnológica en la Empresas, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Dentro de la comunidad autónoma del País Vasco, donde AZTI-Tecnalia tiene su sede, ocupa el puesto número 11.

Modelo de economía sostenible: crecimiento y generación de valor a la sociedad incluso en tiempo de crisis

AZTI-Tecnalia es una clara referencia del modelo económico sostenible basado en el conocimiento y en la I+D+i. Un centro tecnológico con una clara y definida apuesta por transformar el conocimiento en valor a través de crear nuevos productos, tecnologías y servicios para el mercado.

Este modelo económico sostenible ha demostrado su viabilidad al contribuir a la creación de valor a la sociedad mediante la generación sostenida y mantenimiento de puestos de trabajo durante los últimos 30 años. En la actualidad cuenta con 213 científicos y técnicos en plantilla y otros 47 personas haciendo tesis doctorales. Durante los dos últimos ejercicios, marcados por la grave crisis internacional, el centro ha creado un total de 24 empleos, que se incrementan a 40 en los últimos cinco años. La inversión en I+D realizada en ese periodo ha sido de 24 millones de euros y la facturación durante el 2010 ha alcanzado los 18,3 millones de euros. Ha promovido, además, la creación de 4 nuevas empresas de base tecnológica,  que han movilizado una inversión de 21 millones de euros y han generado más de 100 nuevos empleos.

La creación de valor también se materializa mejorando la competitividad de la industria alimentaria y del sector pesquero. Según las estimaciones del mismo estudio, por cada euro invertido por el centro en materia de I+D, el sector alimentario moviliza 15 euros,  lo cual ha supuesto, inversiones y actividad por valor de 419 millones de euros y 118 millones de euros en ingresos fiscales, así como la creación de 712 empleos durante los últimos 10 años.

Así mismo, por cada euro que invierte AZTI-Tecnalia en I+D, el sector pesquero moviliza siete euros. La labor desarrollada por el centro en relación con la pesca ha generado inversiones y actividad en el sector por valor de 143 millones de euros durante ese período de tiempo.

Con el objeto de afrontar los retos que se presentan a la industria alimentaria y al sector pesquero, y de garantizar una respuesta eficaz a los mismos, AZTI-Tecnalia está centrando sus esfuerzos en llevar a cabo proyectos con un denominador común: la innovación en todos los procesos. Para realizar este objetivo, el centro tecnológico apuesta por implantar la innovación en toda la cadena de valor, innovación para:

ü  Rebajar los costes de producción

ü  Mantener la cuota de mercado

ü  Extender la gama de productos

ü  Abrir nuevos mercados

ü  Mejorar la flexibilidad de la producción

ü  Mejorar las condiciones de trabajo,

ü  Reducir los daños al medio ambiente.

Esta innovación que propone AZTI-Tecnalia tiene al consumidor como eje central y responde a las tendencias de consumo del mercado, con un servicio integral que incluye los planes de innovación (vigilancia de mercado, tecnología y ayudas a la I+D), la definición y desarrollo de prototipos, hasta llegar a la definición de nuevas líneas de trabajo y tecnologías.

El hecho de que el INE haya situado a AZTI-Tecnalia en el puesto 59 de las empresas y organizaciones españolas avala la decidida apuesta de este centro tecnológico por colocarse en lo más alto del sector de la investigación.