Todos los años solemos aprovechar momentos en los que habitualmente nos hacemos nuevos y firmes propósitos (recordáis, este año estudio desde el primer día) para acometer nuevos proyectos y cambios en nuestra vida. Yo he realizado un nuevo: vivir más despacio y disfrutar de cada momento.
Vivir despacio son pequeños detalles: disfrutar del momento en el que se apagan las luces antes de que comience la película en el cine, aspirar el aroma del café recién hecho, interesarte por como les va a tus amigos,…. o tardar cinco minutos más en llegar en coche al trabajo.
Cuando vives despacio aprendes a ver el mundo de otra forma, te das cuenta de detalles que antes te pasaban desapercibidos -ves a las plantas crecer, al sol amanecer cada día por un sitio diferente,….- tus sentidos se despiertan, se vuelven más sensibles y recuperas aquello que has tenido adormecido durante mucho tiempo. Eres capaz de ver, oír,…. sentir cosas que ni te imaginas. Descubres cosas que jamás habías pensado que existieran. Puedes desarrollar tus sentidos y percibir lo que antes no sentías. Haz una pequeña prueba, elige una canción y escúchala como haces habitualmente. Cuando termine vuelve a escucharla, pero ahora concéntrate sólo en ella, deja tu mente en blanco, cierra los ojos y escucha….. Si haces lo mismo en tu trabajo descubrirás pequeñas señales en la relación con los clientes, con tus compañeros o con los colaboradores que no percibías pero que son fundamentales para poder adelantarte a los acontecimientos, tomar la iniciativa o simplemente para ver la felicidad o los problemas en sus caras.
En la naturaleza aquellos animales que viven despacio viven más años, han sido capaces de adaptarse a los cambios drásticos a los que han tenido que enfrentarse a lo largo de miles de generaciones, pueden ver mucho antes los pequeños detalles que delatan que las cosas están cambiando, consumen poca energía y su corazón late lentamente.
Vivir despacio es esperar a que termine de hablar la persona que tienes enfrente, no interrumpirle, escuchar lo que dice, tratar de entenderla, ponerte en su lugar y ver lo positivo de lo que dice. Cuando vives despacio el tiempo también transcurre más despacio y tienes más tiempo para hacer más cosas, por que siempre eliges hacer lo realmente importante en tu vida, prescindes de lo superficial. Decimos que no tenemos tiempo para todo, pero somos NOSOTROS los que DECIDIMOS que hacemos con el nuestro. No gestionamos nuestro tiempo, gestionamos las tareas que tenemos que hacer. ELEGIR implica RENUNCIAR. Elige bien si quieres dejar de ser pobre de tiempo.